A lo largo y ancho del continente europeo coexisten diversos idiomas que descienden de variadas familias lingüísticas.
El primer grupo familiar más grande es el de las lenguas indoeuropeas, que nace de la lengua reconstruida (o probable) denominada “indoeuropea” y dentro de ella se encuentran subgrupos que recogen idiomas muy importantes.
Para comenzar esta el subgrupo de las lenguas provenientes del latín, denominadas “romances”, donde se encuentran entre las más importantes: el castellano, catalán, francés, italiano, rumano y portugués.
Luego tenemos a las lenguas germánicas (provenientes de los pueblos germánicos), donde se destacan: el alemán, danés, inglés, neerlandés, noruego y sueco.
Otro subgrupo muy famoso es el de las lenguas eslavas (con origen en los pueblos eslavos), donde las más conocidas son: el bielorruso, checo, croata, polaco, ruso y ucraniano.
En cuanto a las lenguas célticas (con base en los pueblos celtas) se conocen por lo general: el escocés e irlandés.
Las lenguas del mar báltico son: el letón y lituano.
Por último, en el subgrupo de idiomas sobrantes que no encajan en los anteriores están: el albanés, armenio y griego
Dejando atrás al grupo indoeuropeo y sus subgrupos tenemos a las lenguas urálicas con su subgrupo fino-úgricas donde destacan: el estonio finés y húngaro.
No olvidar que una parte de Turquía está en Europa, por lo que tenemos que añadir al grupo turco-tártaro con el idioma turco como el más conocido.
En cuanto al grupo de las lenguas caucásicas (con origen en los habitantes del sudeste de Europa oriental) el georgiano se hace presente.
Como curiosidad el euskera no proviene de ninguna familia lingüística y el maltés proviene de la familia de lenguas semíticas, ósea, comparte familia con el árabe.